Quien acabaría diciéndo que con Bloc Party, tras un debut sublime que ponía al grupo en la élite de la música independiente con un post-punk bravo y tenaz y una secuela más épica y producida que seguía por los mismos derroteros, pero infravalorada por muchos, como fue aquel A Weekend In The City, Kele iba a echarse en solitario de cabeza a la piscina de la electrónica de una manera tan descarada.
Bloc Party ya fue acercándose de forma progresiva a este terreno con Intimacy por medio de la nueva vía abierta con "Flux" y ahora, tras el hiato indefinido del grupo, su cantante saca un disco solista, una aventura arriesgada tan incierta como el futuro de su banda.
The Boxer no es un disco tan de baile como Kele ha comentado en algún medio, "Tenderoni" y "Rise" quizás son las dos piezas más movidas de un disco que mira a la electrónica pop emocional de texturas sónoras bastante sobreproducidas, sampleos y vocoders por doquier.
En el álbum hay poco rastro del sonido Bloc Party, sólo "Unholy Toughts" puede recordar al grupo (y es de lo mejor del disco, además), casi como un guíño a los fans que vienen a ver que es lo que se trae entre manos Kele.
Hay algún tema en donde se intenta rozar la épica de manera forzosa y totalmente desacertada como en "All The Things I Could Never Can Say" y luego canciones simplemente malas y aburridas, en el caso de "The New Rules" donde parece que ni siquiera el propio Kele entiende hacia donde quiere ir.
El disco en general tiene piezas salvables y disfrutables, que tocan la fibra sensible, como "Everything You Wanted" o algún tema que se salva con nota, como la ya antes mencionada y acertada "Rise", pero el conjunto general es confuso y sobreproducido, quizás sin un rumbo concreto, ni coordenadas claras.
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